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Sin embargo, su vida no siempre fue tan feliz. Ya sabes que su aparición en la película E.T. la catapultó a la fama con apenas siete años, pero lo que vino después no es nada envidiable. En su autobiografía de 1990 Little Girl Lost, los lectores aprenderán que ya bebía alcohol a los 9 años (sí 9, no a los 19), estaba enganchada a las drogas a los 12, a los 13 se intentó suicidar y a los 14 estaba divorciada de sus padres.