Pongamos que hablo de… Dulceida es el documental recién estrenado de la Instagramer más seguida de España. Narrado en tres episodios y disponible en Atresplayer Premium, esta serie nos desvelará cómo una chica normal ha llegado a tener 3 millones de seguidores en Instagram (más de 2 en YouTube) y ser la modelo de marcas tan prestigiosas como Michael Kors, Cacharel, Volvo o Dior (por citarte unas pocas).
En 2009 Aída Doménech -el verdadero nombre de Dulceida- empezó su blog Dulceida.com, en el cual escribía sobre la moda, las tendencias, dónde comprar, y cómo le gustaba combinar sus prendas. Abrió también un canal de YouTube para compartir sus consejos de moda y sus viajes, además de proponer divertidos challenges (retos).
Poco a poco su audiencia creció, hasta que un día una tienda le ofreció 300 euros por colgar una foto de ella en el local. Y lo demás es, como dicen, historia. No solo es la musa de las marcas más lujosas del mundo, sino que Dulceida también es una empresaria como la copa de un pino… y escritora.
Para estas Navidades ha lanzado la colección GHD x Dulceida, con las planchas favoritas de la influencer, y con Sephora ha diseñado la colección Warrior Collection, inspirada en los cuatros elementos: fuego, aire, tierra y agua. La paleta de sombras de 18 tonos te tiene cubierta en todas las situaciones, su eyeliner negro te aguanta todo el día, y un labial cremoso mate y un gloss hidratante harán que todos se fijen en tus labios.
Ya te comentamos que también es escritora: Dulceida. Guía de estilo, aglutina los consejos de estilo y las prendas favoritas de la influencer, y podrás conocer de primera mano su trabajo en el mundo de la moda. Lo mejor de todo, las preciosas fotos del libro.
Todo esto y más lo verás en Pongamos que hablo de.. Dulceida, donde entenderás cómo Aída pasó de ser dependienta del Zara a influencer internacional, empresaria e icono LGTB. Por supuesto el documental también te permitirá conocer aspectos íntimos de su vida, como lo mal que lo pasó en el colegio por el acoso de sus compañeros. El karma mola.