La cantante finalmente dará su versión sobre su infancia, su familia y la larga tutela de su padre
La recientemente liberada Britney ha vuelto con ganas de darle a todos en los morros, y lo va a hacer por medio de sus próximas memorias. Page Six ha anunciado que la cantante ha firmado un contrato de 15 millones de dólares con la editorial Simon & Schuster para escribir unas memorias que prometen destapar muchas incógnitas. Según informa el mismo medio, varias editoriales pujaron por hacerse con el contrato, y alguien del sector ha alegado que «este acuerdo, después del de los Obama, ha sido el más importante de la historia.»
No nos extraña, dado que en sus memorias Britney va a escribir sobre su «tóxica» (en sus palabras) familia, su infernal tutelaje y su infancia. Y de paso se venga de su hermana Jamie Lynn, quien acaba de publicar sus propias memorias Things I Should Have Said (Las Cosas que tenía que haber dicho).
Cuando su hermana anunció que su libro se había convertido en un bestseller, la reacción de Britney Spears no se hizo esperar y ha publicado varios mensajes coléricos por medio de su cuenta de Instagram.
“Enhorabuena bestseller … ¡¡¡No me sorprende en absoluto!!! La cara que tienes de vender un libro y hablar mierda pero no son más que putas mentiras… ¡¡¡ojalá te sometieras a un detector de mentiras para que todo el mundo viera que no haces más que mentir sobre mi!!! ¡¡¡Ojalá Dios Todopoderoso pudiera bajar y mostrar al mundo entero que estás mintiendo y forrándote a mi costa!!! Eres basura, Jamie Lynn.” “¿¿¿Bestseller nacional??? JA… el timing de tu libro fue increíble Jamie Lynn… ¡¡¡especialmente sabiendo que el mundo entero no tenía ni idea de lo que realmente me pasó!!!»
Britney no solo está furiosa por el contenido del libro, sino por el hecho de que las memorias de Jamie Lynn salieran a la venta tan solo dos meses después de que Britney fuera liberada de la larguísima (casi 14 años) tutela de su padre. La cantante está muy resentida porque cree que su hermana se está aprovechando de su situación para lucrarse y de hecho, ha interpuesto una demanda para que Jamie Lynn no pueda utilizar el nombre de Britney en la promoción de sus memorias.
A pesar de todo ello, la cantante parece decidida a reconducir su vida y disfrutar de la misma. Para empezar, su novio Sam Asghari le pidió su mano en matrimonio en septiembre, dos congresistas la han felicitado por sus victorias e invitado al Congreso para hablar sobre su batalla legal, y aparentemente está trabajando en su próximo proyecto artístico.

Britney Spears es el claro ejemplo de una niña prodigio explotada y regurditada por la maquinaria, con unos padres más interesados en ganar dinero que cuidar de su hija. La carrera artística de Britney Spears comenzó con su aparición en The Mickey Mouse Club con futuros famosos como Justin Timberlake, Christina Aguilera y Ryan Gosling, pero saltó a la fama mundial en 1998. Con tan solo 16 años, Britney encandiló a toda una generación con su uniforme de colegiala y sus trenzas en «… Baby One More Time.»  En 2000 repitió éxito con su álbum «Oops!…I Did It Again» y los fans enloquecieron al saber que salía con Justin Timberlake, una relación que tan solo duró dos años.

En 2004 y ante la sorpresa de muchos, Britney se casa en Las Vegas con su amigo Jason Alexander, aunque la ceremonia es anulada tres días después y nueve meses más tarde Britney se casa con el bailarín Kevin Federline. En 2005 tienen su primer hijo, y la cantante gana un Grammy por su álbum Toxic. El segundo hijo de Britney nace en 2006 y al poco la cantante solicita el divorcio.
A partir de 2007 empieza el triste espectáculo del declive de la cantante. Ingresa en rehabilitación y -lo que más impacta a sus fans- se afeita la cabeza completamente; con un comportamiento cada vez más impredecible pierde la custodia de sus hijos. Las cosas llegan a un deprimente desenlace cuando es ingresada en un psiquiátrico y es puesta bajo la tutela de su padre Jamie Spears.
A pesar de no tener el control sobre su vida ni sus finanzas, Britney sigue trabajando. Edita cuatro álbumes y se va de gira; incluso firma un contrato en 2013 para actuar durante dos años en Las Vegas. La idea era repetir la fórmula en 2019, pero la cantante anunció un descanso indefinido y desde su concierto en octubre de 2018 en el Formula One Grand Prix de Austin, Tejas, no ha vuelto a actuar.
En 2019 los fans de la cantante lanzan la campaña #FreeBritney, convencidos de que Britney está sujeta al tutelaje en contra de su voluntad, y el movimiento cobra mayor fuerza con la emisión del documental Framing Britney Spears.
Aunque el padre se opone en un principio a la idea de finalizar la tutela de su hija, en agosto de 2021 renuncia a la misma, y en lo que muchos ven como demasiada casualidad, poco después Britney anuncia que su novio le ha pedido su mano en matrimonio. Recordemos que Britney Spears está valorada en unos 60 millones de dólares (unos 52 millones de euros), y hasta Octavia Spencer la aconsejó por Instagram que firmara un acuerdo prematrimonial, aunque posteriormente pidió perdón (razón no le falta, eso sí).
Ciertamente Britney Spears aparece un poco acelerada en las redes y no es raro leer en su cuenta de Instagram larguísimos mensajes (muchas veces insultando a su hermana) plagados de emojis, o verla bailar en extraños vídeos, pero también se le ve contenta, por lo que esperamos que el 2022 sea el año en el cual definitivamente encarrila su vida. Aunque a la vista de las próximas memorias, es de suponer que se avecina otra monumental batalla con su familia.